Menos flashes, y más ISO

El fotógrafo que no sabe hacer fotos sin flash no es fotógrafo. Lamentablemente todos sabemos, y más en fotografía de boda, de muchos profesionales que no se separan del flash en ningún momento o, lo que es peor, jamás lo sacan de encima de la cámara.

El flash debe ser soporte para condiciones malas de luz o en algunas ocasiones para salvar una fotografía fugaz donde la luz es escasa. También como medio creativo para rehacer la luz a nuestra manera, pero normalmente se abusa del flash sobre cámara.

La triste realidad es que es muy cómodo tener siempre el flash y dispararlo, sin tomarnos la molestia de pensar si tendríamos luz suficiente optando por otro método de disparo. Con el flash tampoco es necesario usar iluminación adicional, ni comernos la cabeza con las composiciones in situ, aprovechando la luz ambiente.

El resultado son fotos sin vida, sin expresión, sin dimensión. La luz del flash frontal destroza grandes fotos y aunque llevarlo encima a veces son salva, estas deben ser contadas ocasiones. Además, el flash molesta y llama la atención, y debemos ser invisibles.

Esto ha cambiado, porque ya no hay excusa de iglesias oscuras, ni de que el momento es muy veloz como para pensar en esas cosas. Ahora la ciencia nos brinda numerosos regalos que nos hacen mejores profesionales si estamos dispuestos a desarrollar, estudiar y trabajar el asunto.

Ya he escrito acerca de las maravillas de los sistemas de flashes inhalámbricos; y sus ventajas nos permiten muchísima creatividad y libertad, pero no olvidemos que la tecnología nos ponene en bandeja ahora algo muy esperado por la fotografía, el poder hacer fotografías con muy poca luz.

Me refiero a la nueva gama de cámaras dotadas de sensibilidades ISO sorprendentes. Las nuevas Nikon D3x, D3 y D700 (por ahora la absoluta ganadora), así como la Canon 5D MarkII y algunas 1D. Estas cámaras nos permiten llegar a un mundo inimaginado antaño, un universo que era imposible de captar debido a la cantidad de ruido que generaban las cámaras digitales trabajando a más de 800ISO. Esto ha cambiado, permitiéndonos trabajar en otra dimensión.

Incluso ha cambiado la textura de dicho ruido, haciéndose mucho más tolerable y hasta artístico. No olvidemos que muchas técnicas incluyen la adición de ruido para crear textura, como ocurre en el cine, sin ir más lejos. Definición no significa calidad. Muchas imágenes disparadas con flash a ISO 200 no tienen vida alguna, sin embargo cuantas fotografías de fotógrafos famosos hemos visto plenas de mágica luz y un bello granulado de película.

Abandonemos pues la idea de la fotografía perfectamente iluminada, juguemos con las luces y las sombras, pues eso es la fotografía. Dejemos para siempre atrás las ideas puristas de que toda fotografía debe evitar zonas completamente oscuras ni claras, que a veces un buen quemado nos hace vibrar el corazón o una sombra negra nos inbuye de pleno en el misterio de una fotografía. Las texturas donde debe haber texturas, pero la vida está llena de luz y oscuridad; que forme parte de nuestro mundo pues.

Por Fran Russo (imagen de José Pedro Salinas)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me adscribo totalmente al artículo. Trabajo en un estudio que hacemos fotoperiodismo de boda y siempre hemos tratado de evitar flash frontal, usamos disparadores (pocketwzdrs) y antonchas de luz continua. Ahora que tenemos una 5DMrkII nos podemos permitir el lujo de tirar a ISOs muy altas, de verdad que el ruido es aceptable.

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