¿Qué es Union Wep?

UnionWep es un sueño, es una meta, es... una proposición. Nacida de un par de fotógrafos cansados de ser estereotipados, de que la fotografía de boda no sea sinónimo de arte, sensibilidad y técnica. Hastiados por no ser reconocidos como profesionales de primera cuando este trabajo es en realidad una de las más duras y bellas disciplinas de la fotografía. Cansados porque tanto un servidor como el creador de esta web, Andrés Parro, nos dejamos la piel en lo que hacemos y no somos fotógrafos de boda sólo los sábados, sino cada segundo en nuestras vidas.

Nos cansamos y quisimos tomar las riendas, sabiendo que éramos muchos los que teníamos la misma tangible utopía, la misma reflexión y el mismo anhelo. De hecho varios iniciamos el proyecto de forma independiente y el destino nos unió por una causa común, esta.

Y lo hemos hecho realidad, después de mucho trabajo y mucha ilusión, porque era necesario, porque ya otros rincones del planeta lo había reclamado y habían tenido éxito a su manera. Necesitábamos algo así, ante todo, para cambiar la visión que tiene los fotógrafos de boda.

La proposición que hacemos a profesionales y a clientes trata acerca de la fotografía de boda en la actualidad. Reclamando un trabajo de calidad artística y humana diferente al que nos hemos acostumbrado. Porque la sociedad ha asociado el reportaje de boda con unos cánones y arquetipos muy singulares que muchos clientes reclaman debido a que sencillamente desconocen que hay "otra posibilidad". Y los clientes se merecen lo mejor, y deben exigir lo mejor conociendo qué podemos llegar a ofrecerles como profesionales y como personas, descubriendo que no tienen que conformarse con nada, sino que buscando pueden hallar algo diferente.

Creamos un punto de encuentro, un lugar donde aprender todos cada día. Porque estamos aquí para mejorarnos, para superarnos y para compartir. Compartir ideas y puntos de vista, siempre con el respeto y el honor por delante. Superarnos para crecer como seres humanos y, sobre todo, como profesionales de la fotografía. Porque trabajamos con emociones, con sentimientos y debemos saber manejarnos en estas situaciones, para impregnarnos de lo que sucede, para captar la realidad y expresarla a través de nuestra personal sensibilidad ya que cada uno somos diferentes.

Esta sensibilidad es una cualidad humana, un don que muchos olvidan cuando hacen su trabajo. Fotografiar una boda es más que fotografiar un evento, es capturar para siempre magia, emoción, amor. Son personas las que retratamos, con sus vidas por detrás, y debemos saber mostrar esas vidas y esos momentos en nuestras imágenes.

UnionWep es por lo tanto un ambicioso proyecto donde se funden muchas cosas. A través de nuestros artículos y noticias lograremos un lugar de encuentro común donde saber más y compartir lo que hemos aprendido. El concurso nos permitirá mejorarnos y superarnos de una manera sincera, comprendiendo la fotografía de boda como un todo. Las listas de profesionales mostrarán con orgullo nuestros trabajos y los clientes podrán conocernos y decidir qué desean realmente como recuerdo en ese día tan importante.

Ser fotógrafo de boda va más allá del dinero, va más allá del negocio, va más allá incluso de nosotros mismos porque es nuestro modo de expresión vital. Es nuestra manera de ver el mundo, nuestra forma de ser y debemos estar preparados en todos los sentidos. Fotografiamos con la gran responsabilidad de tener que capturar para siempre emociones que nunca se repetirán, dominando cómo hacer fotografías en multitud de circunstancias diferentes y a veces muy adversas. Porque tenemos que trasmitir confianza, seguridad y seriedad, sin dejar de ser emocionalmente sensibles a todo. Invisibles pero testigos perennes de cada detalle, de cada persona.

Este portal pretende sólo dignificar un trabajo muy hermoso, un quehacer mágico que muchos desconocen y que llena nuestras vidas profesional y humanamente. Porque los que tenemos la fotografía como pasión vamos más allá de cada reportaje, dando lo mejor de nosotros mismos, conociendo a nuevas personas y haciendo para ellos lo que desearíamos para nosotros.

Este es un trabajo de todos, para todos y en el que todos debemos y podemos colaborar. De mano en mano pasará esta ilusión, todas estas fotos y textos que no tienen otro fin que lograr superar nuestras propias metas.

Muchos de vosotros, como profesionales, compartís todo esto. Otros, como clientes, buscáis este concepto de fotografía de boda para vuestro día. Este es el lugar de unión de ambos, no como un mercado de mero intercambio, sino como un templo de reunión, donde vamos más allá del dinero ya que ni el arte, ni la belleza ni vuestro amor tiene precio.

Por Fran Russo (imagen del mismo autor).

Boda Vs Moda

Un fotógrafo de moda es un fotógrafo guay, que mola, reconocido, porque ha publicado un par de fotos en el Vogue o ha sido portada de Elle, mientras que un fotógrafo de bodas es… es sencillamente eso, un fotógrafo de boda, un tipo que pringa los sábados, algunos domingos, puentes y festivos.

Si visualizamos la imagen de un fotógrafo de moda nos imaginamos un tipo joven y enérgico, actualizado, con vaqueros rotos, barba de un par de días que utiliza términos que sólo el mundo de la moda entiende.

Por el contrario si pensamos en un fotógrafo de bodas nos imaginamos a un señor de mediana edad que no a triunfado en este mundo de la imagen y que sobrevive gracias a algunas bodas de su pueblo o ciudad, el típico fotógrafo de barrio que cada sábado es como cada lunes para un funcionario. Esto debe cambiar, esto va a cambiar.

Estoy verdaderamente contento por colaborar en este proyecto llamado unionWEP. Pienso que entre todos los verdaderos profesionales de la fotografía nupcial deberíamos cambiar el concepto que tenemos y tienen de nuestra profesión.

En la pasada feria de Fotoventas coincidí con un amigo fotógrafo que hace bastante tiempo que no veía. La conversación me toco verdaderamente la fibra sensible. -¿Qué fotos haces? -Me pregunto. Yo respondí que en un 90% bodas y me soltó que me dedicaba a la conocida BBC… una broma ya bastante quemada que se siente como agua hirviendo a los que ponemos algo más que el corazón en nuestra pasión.

Yo no le pregunte porque sabía a que se dedicaba, es un verdadero profesional de la fotografía de moda, lo bueno hay que reconocerlo siempre. Aunque pienso que él lo tiene mucho más fácil que un fotógrafo de boda. Un fotógrafo de moda lo tiene todo preparado y listo en cada sesión para fotos perfectas, chicas guapas, estilistas, modistas… la iluminación controlada a tope, música cañón de fondo y a disparar con su cámara-metralleta.

La chica comienza a posar, se quiere comer la cámara, el fotógrafo le comenta al técnico en iluminación que le mida la luz que no le sale como quiere, comprueba al momento las fotos tomadas en su pc en una pantalla enorme hasta que ya casi tiene lo que quiere. Un par de ajustes, un repaso en photoshop (lo que faltaba) y ya tenemos la portada y el reportaje para el Cosmopolitan... son 6.000€.

Un verdadero fotoperiodista de boda lo tiene un “poquito” más complicado. Me gustaría ver a mi amigo de antes en una habitación de 3x4 sin ventanas, 3 personas, con una novia a la que le da pánico la cámara y una lámpara de techo con tres bombillas de 40w.

Lo fácil seria disparar con flash, sacar sombras duras y planas… pero eso no es una buena foto para mi, en un momento de estos es cuando realmente se luce un verdadero fotógrafo, aprovechando al máximo los recursos de los que dispone para conseguir algo que sea capaz de transmitir ese momento.

Subir la iso a 1200, controlar el balance y jugársela a velocidades mínimas. Tirarse al suelo o subirse a una silla; eso si, antes debes de saber que lente utilizar y donde colocarte porque quizás puedes utilizar el reflejo del espejo y ganar un poco de luz que entra por el salón. En estos casos no suelo llevar técnico de iluminación.

No es que le quite valor a mi amigo; quiero que comprenda y valore mi trabajo. Fue fácil. Siempre llevo mi Ipod Touch con una buena colección de mis bodas, se las mostré y sencillamente me felicito. Vi que comprendía mis argumentos, incluso note demasiado interés en mi trabajo; que cuanto cobraba por boda, que cual es mi dirección web, que donde aprendí… eso me gusto. Me hizo sentir orgulloso de lo que hago.

Quiero terminar reiterando que debemos cambiar entre todos los profesionales del gremio el concepto de fotógrafo de boda, estoy deseando que se publique el primer libro de la unionWEP, donde todos podremos transmitir nuestro trabajo. No somos fotógrafos frustrados, sino que hemos elegido la fotografía de boda porque amamos este trabajo. Digifiquémoslo.

Por Andrés Parro (imágenes del autor)

Menos flashes, y más ISO

El fotógrafo que no sabe hacer fotos sin flash no es fotógrafo. Lamentablemente todos sabemos, y más en fotografía de boda, de muchos profesionales que no se separan del flash en ningún momento o, lo que es peor, jamás lo sacan de encima de la cámara.

El flash debe ser soporte para condiciones malas de luz o en algunas ocasiones para salvar una fotografía fugaz donde la luz es escasa. También como medio creativo para rehacer la luz a nuestra manera, pero normalmente se abusa del flash sobre cámara.

La triste realidad es que es muy cómodo tener siempre el flash y dispararlo, sin tomarnos la molestia de pensar si tendríamos luz suficiente optando por otro método de disparo. Con el flash tampoco es necesario usar iluminación adicional, ni comernos la cabeza con las composiciones in situ, aprovechando la luz ambiente.

El resultado son fotos sin vida, sin expresión, sin dimensión. La luz del flash frontal destroza grandes fotos y aunque llevarlo encima a veces son salva, estas deben ser contadas ocasiones. Además, el flash molesta y llama la atención, y debemos ser invisibles.

Esto ha cambiado, porque ya no hay excusa de iglesias oscuras, ni de que el momento es muy veloz como para pensar en esas cosas. Ahora la ciencia nos brinda numerosos regalos que nos hacen mejores profesionales si estamos dispuestos a desarrollar, estudiar y trabajar el asunto.

Ya he escrito acerca de las maravillas de los sistemas de flashes inhalámbricos; y sus ventajas nos permiten muchísima creatividad y libertad, pero no olvidemos que la tecnología nos ponene en bandeja ahora algo muy esperado por la fotografía, el poder hacer fotografías con muy poca luz.

Me refiero a la nueva gama de cámaras dotadas de sensibilidades ISO sorprendentes. Las nuevas Nikon D3x, D3 y D700 (por ahora la absoluta ganadora), así como la Canon 5D MarkII y algunas 1D. Estas cámaras nos permiten llegar a un mundo inimaginado antaño, un universo que era imposible de captar debido a la cantidad de ruido que generaban las cámaras digitales trabajando a más de 800ISO. Esto ha cambiado, permitiéndonos trabajar en otra dimensión.

Incluso ha cambiado la textura de dicho ruido, haciéndose mucho más tolerable y hasta artístico. No olvidemos que muchas técnicas incluyen la adición de ruido para crear textura, como ocurre en el cine, sin ir más lejos. Definición no significa calidad. Muchas imágenes disparadas con flash a ISO 200 no tienen vida alguna, sin embargo cuantas fotografías de fotógrafos famosos hemos visto plenas de mágica luz y un bello granulado de película.

Abandonemos pues la idea de la fotografía perfectamente iluminada, juguemos con las luces y las sombras, pues eso es la fotografía. Dejemos para siempre atrás las ideas puristas de que toda fotografía debe evitar zonas completamente oscuras ni claras, que a veces un buen quemado nos hace vibrar el corazón o una sombra negra nos inbuye de pleno en el misterio de una fotografía. Las texturas donde debe haber texturas, pero la vida está llena de luz y oscuridad; que forme parte de nuestro mundo pues.

Por Fran Russo (imagen de José Pedro Salinas)

Pasión

Pasión es un sentimiento profundo que expresa un gran amor, entrega y dedicación por algo. Cuando hablamos de una persona apasionada nos referimos a alguien que se desvive por lo que hace, que pone toda su alma en cada una de las tareas que realiza. Esta excelencia en cada acción nos permite mejorarnos, sobre todo concentrándonos al máximo en lo que hagamos. Por ello, cuando uno ama su profesión, cuando siente pasión real por ella, logra los mejores resultados.

La fotografía es un arte y cuando nos referimos al arte es completamente absurdo no hablar de pasión. Conozco muchos fotógrafos, pero la mayoría son más empresarios que artistas, porque sienten más pasión por el dinero que ganan que por su propio trabajo. Pueden ser buenas personas, no digo que engañen a nadie, mantienen a sus familias de la fotografía, pero hay una diferencia con otros fotógrafos. Me cuesta mucho aseverarlo, porque sé que puede dolor, pero es cierto.

Esta realidad es innegable, aunque a algunos les duela (desde aquí les mando un abrazo). No pretendo abrir heridas, sino sugerir cómo cambiar las cosas. Reclamar una entrega en nuestro trabajo, exigir algo que es completamente lógico pero que hemos degradado por culpa de una sociedad consumista y superficial. Todos podemos lograrlo, desde un joven fotógrafo de 16 a uno de 60 que piensa que lo digital no va con él. La edad no existe, pero para muchos es su cruz, cuando debería ser una hermoso equipaje de experiencia y sabiduría.

No olvidemos por favor que somos artistas y que los artistas ponen todo su corazón en lo que hacen. Siempre el ser humano ha buscado la perfección, pero primero ha sabido que debía alcanzarla en lo cotidiano, en lo trivial, para luego lograrla en su vida a otros niveles. Los yogis indios, los mojes budistas, los místicos sufís... todos alcanzan grandes niveles de concentración para ser excelentes en cada tarea que realizan. La concentración es el secreto de la excelencia y esta no es posible sin pasión por lo que hacemos.

Entreguémonos pues con esa pasión, con ese amor. Así querremos perfeccionar nuestra tarea, aprenderla, estudiarla, desarrollarla hasta los límites que podamos. No importa si lo hacemos mejor o peor, eso es algo circunstancial unido al tiempo, porque si tenemos esa pasión tarde o temprano llegaremos a esa excelencia, a lograr verdaderas obras de arte impregnadas de sentimiento, de perfección, de... nosotros mismos.

Un fotógrafo de boda debe dominar muchas cosas y tiene que hacerlas todas perfectas para poder desarrollar bien su trabajo. Pero sobre todo debe ser un maestro en algo indispensable, en una cualidad sin la cual es imposible saber qué fotografiar. Hablo de la sensibilidad y esta cualidad sólo se perfecciona siendo buenas personas, estando en equilibrio en nuestras vidas. Fuera estrés, organicemos mejor nuestro trabajo. Quizás menos bodas pero mejor hechas, menos dinero pero más entrega. Quizás centrándonos en una tarea, en vez de hacer mil a la vez. Cada uno tiene su método, cada uno sabe su camino. Yo sólo estoy compartiendo mi humilde y personal punto de vista. Espero les sea útil.

Por Fran Russo (imagen del mismo autor).

Bodas frikis y gente distinta

Cuando uno se casa, si es una pareja joven, rebelde y dinámica, muchas veces no quiere un reportaje de boda a la vieja usanza. Algunos lo descartan directamente pensando (y es normal) que ningún fotógrafo va a hacer un reportaje de boda saliéndose de los parámetros clásicos. Lo que han visto en tiendas de fotografía o en álbumes de amigos son reportajes demasiado "normales" y aburridos para ellos.

Y tienen toda la razón. Pero las parejas así, sí tienen fotógrafos a su medida. Cada vez más gente desea unas fotos especiales, diferentes, atrevidas, que muestren cómo son ellos mismos sin perder su esencia rebelde, rompiendo con lo establecido. Otra cosa es que muchos profesionales confundan el hacer una boda especial con hacer lo que les de la gana y rozar lo hortera (algo tristemente cada vez más visto).

Pero este tipo de fotografía, que muchos llaman "reportaje friki" (friki en inglés significa "raro") puede ser realmente bello, lleno de creatividad y magia. Porque precisamente muchos fotógrafos que van de dinámicos confunden creatividad con paranoia.

Al fin y al cabo la fotografía es arte, y no se debe caer en el tópico del arte moderno y pensar que si provocamos estamos creando arte. La provocación debe ser sutil, delicada, justa y precisa. Si no se convierte en soez, ordinaria y grosera. La medida con que usamos la creatividad justifica el equilibrio de las composiciones por lo que hay que fusionar innovación con imaginación.

En este estilo de reportaje, como en el más puro fotoperiodismo de boda, el problema es que los clientes desconocen su existencia. De hecho todos hemos podido comprobar un crecimiento exponencial de estudios fotográficos frikis que muestra cualquier cosa en sus escaparates con tal de captar la atención.

Las más extrañas y extravagantes creaciones confunden a la gente, porque si bien la gente que se casa es joven, no todos queremos ese tipo de reportaje. Su mensaje es que si te casas y no quieres el reportaje clásico y aburrido esta es la opción. Esto no es así, hay muchos términos medios, como hemos expuesto en esta web, en este blog.

Este tipo de escaparates distorsiona la realidad. La gente piensa que es normal, sin embargo con un único detalle comprobamos que no es así. Estos estudios no paran de cambiar, de ofrecer inventos nuevos, ofertas extrañas y demás campañas publicitarias. Eso significa que no tienen demasiados clientes y necesitan captar la atención. Esto o pero aún, tienen algunos y pretenden más, con lo que no personalizan el trabajo y subcontratan. El buen fotógrafo de boda no necesita publicidad, no tienen que ir a ferias, ni salir en la radio. El buen fotógrafo tiene su mejor publicidad en cada álbum que hace, en cada pareja que trata.

Pero eso es otra historia que deberá ser contada en otro momento. Para no desviarme del tema finalizo diciendo que hay bodas para todos los gustos y colores, pero que debemos exigir calidad, profesionalidad. Y no confundir a cualquier extravagante con un artista innovador. Llamar la atención está bien, pero en su justa medida. Cuando se pasan los límites es que algo falla.

Por Fran Russo (imágenes del imaginativo estadounidense Riccis Valladares).