No quiero posar
Muchas o casi todas las parejas que acuden a mí para que haga sus bodas me dicen que lo hacen porque no quieren posar. Sin embargo en mis fotos se ve a la gente "posando". Lo que quieren decir en realidad es que no quieren poses antinaturales, artificiales. Eso es otra cosa, porque posar siempre se posa. Otro asunto es ser uno mismo en las fotos o poner posturas estrambóticas.
Seguro que algún purista del fotoperiodismo de boda me dice que no tiene porqué. Según los canones originales de fotoperiodismo se trataba de ser como un fotógrafo de guerra, un periodista, siguiendo la acción sin interactuar en ella. Muchos confunden incluso esto y llegan a decir que no se puede ni mirar a la cámara. Esto creo que es una exageración y el trabajo más completo engloba imágenes espontáneas y rápidas de lo que está sucediendo sin que la gente esté pendiente de la cámara junto con fotografías donde se juegue con la belleza del momento, del lugar, de los trajes... que muestre lo guapos que están los novios, lo radiantes que están, lo felices que están.
Eso la gente lo confunde con fotos ortopédicas con posturas ortopédicas. Como hace mucho por ejemplo en mi ciudad natal, Granada, donde confunden hacerse fotos en la Alhambra con hacer fotos de la Alhambra con los novios dentro de esa foto. Si tienes marcos hermosos, juega con ellos, pero... LOS PROTAGONISTAS SON LOS NOVIOS, no la Alhambra. El ambiente, el paisaje es importante, pero para enmarcar, para situar, para embellecer, no para capturar la atención.
Comencemos explicando que realmente el concepto de fotoperiodista de boda no es no hacer ninguna foto mirando a la cámara ni tampoco con el más mínimo atisbo de pose. Yo por ejemplo, como muchos otros fotoperiodistas de boda, realmente fundimos MODA y BODA. Enseñamos a posar a los clientes, de forma natural, porque cuando logramos que la pareja confíe en nosotros, cuando transmitimos calma y serenidad son ellos mismos.
Esto lo expliqué bien claro en el artículo "La indispensable Preboda", donde cuento cómo esta sesión permite que la gente sea tal y como es, que desaparezcan los nervios. Entonces la gente posa, pero posa de forma natural. Yo hago muchas bromas, digo muchas tonterías, pero porque soy así. Creo que soy una persona muy sincera y muy directa pero muy sencilla. Si logro conectar podré fotografiar a la gente tal y como son, casi como si yo no estuviera presente.
Cada pareja es un mundo. No puedo obligar a una pareja muy tímida a salir en las fotos como no son. No puedo poner serios a unos clientes que no paran de reir. Cada cual como es. Pero eso sí, yo debo romper las barreras, no permitir que por no abrirme, por no saber romper el hielo, vaya a fotografiar a esa gente como no es. Debo hacerme invisible, ser uno más. No digo amigos de toda la vida, pero como mínimo perder la vergüenza. Y eso se hace hablando, y demostrando que la cámara no muerte y que pueden salir muy guapos, tal y como son, porque no hay nadie feo, sino feas maneras de ver a la gente.
Por Fran Russo (imágenes del mismo autor)
Seguro que algún purista del fotoperiodismo de boda me dice que no tiene porqué. Según los canones originales de fotoperiodismo se trataba de ser como un fotógrafo de guerra, un periodista, siguiendo la acción sin interactuar en ella. Muchos confunden incluso esto y llegan a decir que no se puede ni mirar a la cámara. Esto creo que es una exageración y el trabajo más completo engloba imágenes espontáneas y rápidas de lo que está sucediendo sin que la gente esté pendiente de la cámara junto con fotografías donde se juegue con la belleza del momento, del lugar, de los trajes... que muestre lo guapos que están los novios, lo radiantes que están, lo felices que están.
Eso la gente lo confunde con fotos ortopédicas con posturas ortopédicas. Como hace mucho por ejemplo en mi ciudad natal, Granada, donde confunden hacerse fotos en la Alhambra con hacer fotos de la Alhambra con los novios dentro de esa foto. Si tienes marcos hermosos, juega con ellos, pero... LOS PROTAGONISTAS SON LOS NOVIOS, no la Alhambra. El ambiente, el paisaje es importante, pero para enmarcar, para situar, para embellecer, no para capturar la atención.
Comencemos explicando que realmente el concepto de fotoperiodista de boda no es no hacer ninguna foto mirando a la cámara ni tampoco con el más mínimo atisbo de pose. Yo por ejemplo, como muchos otros fotoperiodistas de boda, realmente fundimos MODA y BODA. Enseñamos a posar a los clientes, de forma natural, porque cuando logramos que la pareja confíe en nosotros, cuando transmitimos calma y serenidad son ellos mismos.
Esto lo expliqué bien claro en el artículo "La indispensable Preboda", donde cuento cómo esta sesión permite que la gente sea tal y como es, que desaparezcan los nervios. Entonces la gente posa, pero posa de forma natural. Yo hago muchas bromas, digo muchas tonterías, pero porque soy así. Creo que soy una persona muy sincera y muy directa pero muy sencilla. Si logro conectar podré fotografiar a la gente tal y como son, casi como si yo no estuviera presente.
Cada pareja es un mundo. No puedo obligar a una pareja muy tímida a salir en las fotos como no son. No puedo poner serios a unos clientes que no paran de reir. Cada cual como es. Pero eso sí, yo debo romper las barreras, no permitir que por no abrirme, por no saber romper el hielo, vaya a fotografiar a esa gente como no es. Debo hacerme invisible, ser uno más. No digo amigos de toda la vida, pero como mínimo perder la vergüenza. Y eso se hace hablando, y demostrando que la cámara no muerte y que pueden salir muy guapos, tal y como son, porque no hay nadie feo, sino feas maneras de ver a la gente.
Por Fran Russo (imágenes del mismo autor)
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