El reto de los fotógrafos de UnionWep

Las parejas de novios que buscan a un fotógrafo para el día de su boda, buscan ante todo a alguien capaz de inmortalizar en imágenes cada instante, cada movimiento, cada gesto, cada recuerdo que produzca el que será posiblemente el día más importante de sus vidas. Resulta curioso, pero la mayoría de fotógrafos normalmente se olvidan de que deben sentir eso mismo para conseguir la comunión perfecta con sus clientes.

©DENIS CHERIN

Pero no resulta sencillo. Entre los profesionales hay opiniones variadas. Algunos de ellos creen que lo primordial es captar las cosas como suceden, disparar constantemente y hacia cualquier punto de interés, sin moderación ni premeditación.

El reto de los fotógrafos de boda modernos debe consistir en inmortalizar cada instante de la ceremonia, pero sin dejar de ser creativos.

Debemos olvidarnos en un primer momento del negocio y sus cifras, y centrarnos en la creatividad a la hora de realizar fotos de boda.

©Jon Rodriguez

Más allá del número y formato de las imágenes, del calendario que fijemos con los novios, de los costes del trabajo o del diseño del álbum de fotos final, desde UnionWep apostamos por volcar en cada fotograma, en cada enfoque, en cada disparo, todo lo que llevamos dentro, y dejar volar nuestra imaginación y creatividad para conseguir un resultado provechoso y satisfactorio tanto para los novios como para nosotros mismos.

Espontaneidad

Además, la mayoría de profesionales involucrados en este proyecto son conscientes de que la fotografía de boda en los últimos años tiene varias claves muy significativas. La primera es la espontaneidad, algo difícil de conseguir y planear, y que suele ir acompañado por la libertad a la hora de realizar nuestro trabajo.

©AB IMAGTGE

De hecho, el fotógrafo de bodas es algo más que alguien que estará presente en todo momento junto a los novios, los padrinos, en la ceremonia, en la fiesta posterior al enlace…. Es cierto que todo el mundo lo reconocerá como fotógrafo, pero él debe realizar su trabajo habiéndose ganado la confianza de los novios y todos los que participarán en la ceremonia.

Esto, además de quitar una presión importante a los protagonistas, hará que todo el mundo se sorprenda cuando revise el material fotográfico realizado, porque recordará momentos que había olvidado o simplemente no había visto aquel día tan especial para ellos, porque contará sus vivencias reforzadas por las imágenes, porque sabrá que hemos sido capaces de captar la esencia del enlace.

Es tal la importancia de hacer que los novios e invitados no se sientan obligados a estar pendientes del fotógrafo, como diferenciar entre una fotografía de boda y una de estilo.

Se debe buscar lo natural, no forzar lo artificial, la pose.

Esta teoría de anteponer la creatividad y originalidad (todos ellos sinónimos a espontaneidad), se impone en el sector. Sin embargo, a veces los novios no se fían del profesional que han contratado. Nuestro trabajo también es ese. Debemos convencerles de que no quedarán mejor las fotos si todo está bajo control y pactado; debemos hacerles ver que no estamos vendiendo un producto, sino una promesa o un sueño, y que como tales, las fotos deben fluir libremente.

Nosotros debemos ser capaces de contar una historia, la historia de una boda.

Ahí está nuestro reto.

Andrés Parro